[Microrrelato (279 p.) parte de El viaje]
– De la influencia familiar en la formación inicial de los monarcas –
Antes de encontrarnos con la Reina Madre, nos asesoraron en protocolo y urbanidad. Aproveché para preguntar el tipo de educación que se daba por aquellas tierras:
La mayor parte de la formación entre monarcas se hace en casa.
Hay escuelas encargadas de la instrucción básica, técnica: leer y escribir, sumar y multiplicar; pero la moral, la ética y la filosofía corresponde a la familia, así como el desarrollo de las habilidades relacionadas con la vocación heredada.
En especial los abuelos se encargan de la educación de sus nietos (mientras los padres trabajan).
Es común que un monarca delegue muchas de sus funciones más trabajosas en el vástago que primero le hubiese dado un nieto(a) para así poder dedicarse a la formación de toda la progenie, conservando sólo las labores más significativas y ejemplarizantes.
Entre los abuelos de familias relacionadas se suelen formar consejos educativos habiendo, como siempre entre monarcas, un solo líder a cargo de cada asunto. Desde la gerencia general pedagógica del conjunto de la descendencia, hasta la supervisión de los diferentes tópicos, pasando por un encargado para cada infante en particular.
La línea de mando es clara y concisa.
Al llegar a la adultez se puede cambiar de profesión pero sólo renunciando a la mayor parte de la herencia.
De hecho se promueve el cambio y la generación de nuevos campos por medio del matrimonio entre miembros distintos ramos del saber, en especial cuando hay suficiente descendientes para continuar la tradición de los linajes involucrados.
Como curiosidad cuentan que alguna vez un sacerdote, aspirando a ser santo, insinuó que ya todas las profesiones estaban hechas por Dios, que el ideal era sólo heredarlas y perfeccionarlas.
Fue excomulgado.
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*Este microrrelato es la continuación de Traspaso de coronas (Cap.07)