Son cuatro las naciones donde impera la obediencia según el linaje y procedencia individual. Aquí los escritos con los aspectos más característico de cada cual.
(La numeración de los capítulos corresponde al orden cronológico de nuestro viaje)
Capítulo 13
Donde se describe una nación de nativos tradicionalistas
Permanencia autóctona (Pb)
(índice)
Al llegar lo primero que noté fue el gran orgullo que tienen por sus raíces, por sus tierras.
Los nativos son los dueños de todo, por derecho propio, así como los ancianos son los jefes de sus familias. En ocasiones lo justifican diciendo que es por la experiencia ganada, por todo lo que saben sobre cada generación del linaje, de la comunidad. Pero va más allá, más a lo interno. Es una creencia espiritual.
La séptima nación a la que llegamos es la más dispersa de todas, la más atomizada, es como un archipiélago sin mar. Cada comunidad es autónoma por obligación, no tiene otra opción, la naturaleza del territorio se impone.
Lo recuerdo bien porque los viajes entre las pocas comunidades, o feudos, que visitamos eran cada vez más difíciles a pesar de las buenas intenciones de las familias que nos acogieron.
En uno de los feudos nos recibió una joven de mirada fija y sonrisa confiada. Era obvio que ella no mandaba en su familia pero sí entre los adolescentes de la casa. Fue fácil deducir que en algún momento heredaría el título señorial.
La confirmación me llegó cuando tuvo que dejar de guiarnos por sus (futuras) tierras para reunirse con los mayores.
Es costumbre que el jefe de familia (el más anciano) busque asesoría en los siete ancianos que podrían sucederle, para que sus decisiones se mantengan en el tiempo, y que se le sumen los tres naturales mayores de la siguiente generación (que ya estén en la adultez madura) si es necesario ejecutar alguna tarea urgente. Además, si convocan al mayor de los adolescentes, es por qué se requiere de un peón con autoridad, o tal vez de quien organice a la muchachada.
Así mismo es común que el representante de la familia más antigua de una comunidad (su Señoría), se reúna con los jefes de las otras dos familias que le siguen y conformen una troika para tomar las decisiones trascendentales. Muchas veces no ha sido así, todas han terminado con baños de sangre, con la aniquilación de linajes enteros.
Entre los feudos, por otra parte, se hizo un gran pacto en la antigüedad que supuso la formación del imperio actual. Trece comunidades nativas (consideradas las primigenias) escogieron un emperador, no para que hiciera su voluntad sino para que resolviera los conflictos que surgieran entre dichos feudos.
En los primeros tiempos el emperador ejercía sin reparo, pero en la medida que se firmaron más tratados entre las señorías, menos espacio ha habido para su autoritarismo, pasando a ser una figura simbólica, reflejo de la unidad imperial.
Los acuerdos calificados (Cg)
(índice)
De repente la tensión política se incrementó.
Se empezó a discutir sobre cambiar al emperador, algo muy poco común.
El cargo es vitalicio y hereditario, al menos que dos tercios de los feudos decida algo distinto, desde declarar incapacidad del emperador, removiéndolo del cargo, hasta ampliar o restringir lo que se considera familia real, cambiando la línea sucesoria.
La mayoría de las señorías estaban de acuerdo pero no alcanzaban los dos tercios. A mí me pareció exagerado exigir tan abrumadora mayoría, y así se lo comenté a uno de nuestros anfitriones: Me explicó que en ese caso ven preferible la estabilidad de un mal gobernante que la indecisión de la voluntad de una mayoría simple, mayoría que en cualquier momento se vuelve en contra.
A fin de cuentas el emperador es sólo un funcionario incómodo que da algo de mala imagen internacional. No tiene tanto poder como para ser un problema real.
Dicha discusión se desarrolló en el seno de un congreso anual que reúne a las señorías de todos los feudos.
Por lo general en dicho congreso sólo se plantean asuntos técnicos, problemas comunes, y se coordinan posibles soluciones entre feudos específicos (si un acuerdo involucra a dos tercios o más, pasa a ser ley imperial).
Pero el congreso de ese año había sido retrasado en un intento por reunir la susodicha mayoría calificada y poder producir cambios en la jefatura imperial.
El papel de emperador es cada vez más simbólico pero quien lo ejercía en ese momento quería devolverle al cargo sus supuestas glorias de antaño y para ello necesitaba deshacerse de docenas, o quizá cientos, de tratados firmados entre las señorías durante siglos.
Cabe destacar que ni siquiera en sus mejores tiempos el emperador tuvo poder ejecutivo, nunca tuvo ejército a su disposición, por ejemplo, sólo comandaba las tropas que las señorías cedían (por un tiempo predeterminado).
Por ello el plan del emperador parecía ser a largo plazo e involucrar a varios de los familiares de la línea sucesoria: Necesitaba cambiar las tradiciones, la idiosincrasia de la nación.
Por ello las señorías concertaron la forma de agregar sucesores menos ambiciosos, tal vez con rencores personales.
Intercambio de visiones (CE)
(índice)
En cada feudo la educación es diferente y cambia según el gusto de la señoría que llegue al poder.
Sólo hay dos principios generales en los acuerdos imperiales: Todos los niños deben recibir una instrucción primaria y es obligatorio el fomento de la unidad del imperio por medio de programas conjuntos.
En la mayoría de los feudos la educación refuerza los roles que se espera que cada quien desempeñe en la sociedad y en el seno de sus familias, el papel que se considere natural.
Los cursos están estructurados en forma de proyectos donde se deben alcanzar objetivos específicos, y que van desde infantes organizando a qué se va a jugar hasta adolescentes resolviendo problemas matemáticos complejos (donde el líder asigna tareas específicas según las capacidades que ve en cada quien) o componiendo ensayos históricos o literarios con prolongados debates debidamente moderados.
En dichos debates son esenciales los alumnos de intercambio, provenientes de otros feudos, que amplían el horizonte dando una visión diferente a la local.
En las naciones de nativos, y sobre todo en esta, hay un vasto sistema de intercambio escolar (para jóvenes de 14 a 18 años), es la principal herramienta para fomentar la unidad de los imperios.
En esta nación en particular es obligatorio que, al menos, 20% de los alumnos de cada aula sea de feudos distintos y que cada institución educativa vaya alternando la procedencia de los estudiantes que recibe, manteniendo una cantidad similar de cada feudo a lo largo del tiempo, sin importar el tamaño, población o poderío del mismo.
Al enterarme de tales disposiciones creí que serían letra muerta, sabiendo cómo son los nativos, pero ya la ley se ha vuelto costumbre, ya es parte de la sociedad a tal punto que desde hace mucho en las universidades hay más estudiantes foráneos que locales sin que ningún programa lo imponga, ni mucho menos financie.
Aunque, cabe destacar, a la larga cada quien vuelve a su comunidad pues fuera de ella no se es nadie, pues allí ser nativo es lo fundamental para ser considerado como ciudadano.
Una justicia politizada (Sj)
(índice)
La justicia dentro de un feudo, o de una vecindad o de una familia, depende de su señoría.
Su señoría es dueña de todo lo que hay en su feudo y con ello puede hacer lo que desee. No hay leyes ni jurisprudencia que valga ante la soberanía de un dueño.
Al menos eso dice la tradición, en la práctica las señorías buscan mantener estables y prósperos sus feudos por el tiempo que duran en el mando, por el bien de sus propias familias, de sus herederos. Para ello es fundamental procurar la mayor satisfacción posible entre los suyos, que nadie se exceda en sus potestades.
La mayoría de sus señorías sólo intervienen cuando son llamadas. Nombran fiscales a lo largo de los feudos para que estén a disposición y dictan sentencia en persona, en el sitio, siendo el exilio la mayor condena posible según los acuerdos imperiales.
La relación entre feudos es distinta, ninguno tiene la supremacía. Desde la antigüedad ha sido difícil acordar quién debe tomar las decisiones definitivas. Primero se intentó dar tal potestad a un emperador pero fue imposible evitar que sus herederos abusaran de ella.
En algún momento se estableció una mesa de negociaciones, dicen que para fijar posiciones comunes ante un emperador soberbio y astuto.
En esa mesa estaban representados la mayoría de sus señorías. Fue difícil conformar un grupo compacto, capaz de tomar decisiones, fue difícil hallar personas que pudiesen interpretar los acuerdos imperiales y prever posibles consecuencias.
Y, al final, fue más difícil aún desprenderse de un órgano que costó tanto conformar.
Así, esa mesa de concertación se hizo permanente en forma de tribunal y sus miembros fueron nombrados magistrados vitalicios. Además se agregaron nuevos asientos (hasta un total de 11) para que el mayor número posible de señorías estuviesen representadas.
Se estableció que al quedar un puesto vacante, aquellos feudos con más tiempo sin estar representados, podrían nombrar al sustituto. Para ello las señorías hacen alianzas, obteniendo dicha potestad quienes sumen un mayor lapso promedio estando al margen.
El tribunal es un órgano político. En esa nación consideran la justicia como un asunto político, como el arte de tomar decisiones perdurables, trascendentales.
Festivales vinculadores (Cs)
(índice)
Los nativos viven para hacer de su tierra la más admirada, la más importante, la más provechosa.
Saben que para ello necesitan alianzas estratégicas en múltiples frentes, que necesitan que esas alianzas sean fuertes y estables. Lo que se refleja, por ejemplo, en su sistema judicial y en el educativo, dentro del cual se podrían incluir sus mayores eventos culturales: Las celebraciones y festivales conmemorativos de cada comunidad.
Nuestro viaje estuvo marcado por dichas festividades. Solíamos llegar un par de días antes a ver los preparativos y no nos íbamos hasta que todo acaba.
Era normal que nos preguntaran en cuáles otros festivales habíamos estado, cómo nos habían parecido. No tardé en darme cuenta que mis padres respondían con lujo de detalles lo primero (a los nativos les gusta que exploren sus tierras, ello significa que las admiran) pero evitaban contestar lo segundo. Sólo por experiencia propia, cuando ya no había vuelta atrás, entendí la importancia que le dan a los juicios de valor, lo importante que es para ellos compararse con sus pares, y el detalle y la minuciosidad que ponen al explicarle su visión a extranjeros imberbes…
Muchas veces han intentado establecer una gran fiesta nacional, que se celebre en la misma fecha a lo largo y ancho del imperio, pero ha sido imposible a pesar de que está claro que todos quieren pertenecer a la misma nación, a pesar de ser conscientes que necesitan de la unidad para prosperar.
Tal vez sea un deseo innato de ser parte de algo superior, de una nación poderosa sin que ello implique renegar del propio feudo.
La mayor tradición es asistir a las festividades de otras comunidades con frecuencia, al menos a una cada once meses. No para vacacionar ni por aumentar el acervo cultural sino para mostrar respeto a las demás comunidades, a los dueños de otras tierras.
Al principio creía que era consecuencia de los intercambios escolares pero con el tiempo he empezado a creer que es al contrario. Lo más probable es que ese intercambio cultural naciera de forma espontánea en gran parte de la población, que luego lo terminó imponiendo en el sistema educativo para que fuese una práctica general y permanente.
Los nativos parecen creer que para proteger sus características únicas y originales tienen que unirse en aquellas más generales.
Capítulo 22
Donde se describe una nación de nativos ultrafederalistas
Expulsiones renovadoras (LH)
(índice)
Fue un viaje más fácil de lo esperado.
Fuimos a la más grande de las naciones de nativos. También es la más compacta pero ello no impide que mantenga sus tradiciones: El amor por lo propio, por el barrio o la vecindad, lo es todo a pesar de que en ocasiones no hay límites claros entre territorios.
Se formó ante la mengua de la nación más tradicionalista, ante la incapacidad de las señorías para resolver los problemas conjuntos del imperio, ante la necesidad de un poder central que asumiese el liderazgo para atacar crisis cada vez más comunes (desde presupuestales hasta demográficas)
Un anciano sabio, miembro de la casa real, se ofreció a asumir el mando imperial de manera temporal y sólo con el fin de resolver los problemas que las señorías, en asamblea, considerasen más urgentes. En especial quería expandir el imperio a zonas productivas, empezar desde cero en ellas, algo revolucionario.
Por supuesto la mayoría no confió, la mayoría creyó que era un simple ardid para hacerse del poder. Fue expulsado.
Otros tantos sí que encontraron factible su visión y beneficioso su liderazgo.
Se establecieron en lo que hoy es la capital y acordaron que el emperador sería electo cada diez años de entre los (siete) dirigentes que conformaran un comité imperial, o central. Sólo pueden ser miembros de dicho comité los jefes de aquellas familias que dieron inicio a la nueva nación.
Todas las señorías (de los más de 500 feudos) pueden participar en la Asamblea General, ya sea en persona o por medio de un delegado. Es en ella donde se elige al emperador y renueva al comité central. Además, cada año, la asamblea ratifica o veta las leyes aplicadas por el comité central durante el año previo, señala los problemas a resolver y fija objetivos de desarrollo.
Cuentan que por décadas hubo paz, armonía y progreso pero que tuvieron que endurecer las normas cuando un emperador intentó permanecer en el poder más de lo debido y, peor aún, nombrar un sucesor. Ante su inminente expulsión se refugió en su provincia natal e incentivo la secesión, junto a otras tres provincias menores.
Es fácil salir de la federación, aunque no siempre es pacífico. Desde aquella época ha existido una pugna entre esas dos naciones que sólo se atenuó con el surgimiento de otra nación más, en la zona fronteriza.
Bases del voto aplazable (Sc)
(índice)
Se avecinaba la reunión de la asamblea general extraordinaria que se encargaría de elegir un nuevo emperador
Recuerdo mi extrañeza cuando me enteré que el periodo del emperador sólo había durado un lustro, la mitad de lo marcado por la tradición.
Me explicaron que todos los nativos tienen el mismo derecho de estar representado por una autoridad en el tiempo, que cada feudo debe llegar a estar representado en algún momento por un emperador.
Los nativos están dispuestos a aceptar que no se cumpla su propia voluntad de inmediato por el bien común, ello se ve reflejado tanto en su obediencia ciega a quien esté a cargo como en la formación gobiernos conjuntos en algunas naciones.
Por ejemplo, en ésta…
Para escoger al emperador, cada señoría feudal tiene un voto (son más de 500). Si su voto “es ignorado” podrá ejercerlo como añadido en la siguiente elección. Los votos no se pierden sólo se postergan (un sacrificio mínimo por el bien común).
Así, en cada elección, siempre ha habido una mayoría de feudos con un voto, otros más con dos, algunos pocos con tres. En raras ocasiones un feudo ha llegado a tener cuatro votos y nunca cinco, es decir, nunca ningún feudo ha llegado a pasar cuatro periodos sin estar representados por el emperador
Si un emperador es electo por menos de la mitad de los votos (con la mayor minoría tal vez porque hubo varios candidatos importantes) se considera que su enfoque es débil, que no es símbolo de unidad nacional y no podrá postularse para la reelección.
Si, por otra parte, el candidato que recibe más votos no es el que recibe el apoyado de más feudos (al obtener muy pocos votos simples y ganar gracias a los votos dobles o triples) deberá constituir un gobierno de transición, sólo podrá mandar por cinco años, así las señorías podrán expresarse de nuevo después de haber estado representadas en el poder central.
El emperador saliente consiguió más de la mitad de los votos pero no obtuvo el apoyo de la mayoría de los feudos por lo que pudo lanzarse a la reelección aunque tuvo que conformar un gobierno de transición.
La emperatriz a quien sucedió había polarizado a la sociedad haciendo difícil concertar visiones
Federación y alternativas (Sf)
(índice)
El centralismo acentúa el poder de los ciudadanos que viven en el centro, el federalismo da opciones.
Mientras más grandes se hizo esta nación se fue acentuando su federalismo, se fue más a lo básico, a los feudos. Lo vieron como necesario para mantener la igualdad entre los ciudadanos, para que ninguna región tuviese mayor importancia (para los políticos) que otra.
Para ojos inexpertos, como los míos, se hacía difícil ver cómo el sistema redunda en igualdad si los feudos muy pocos poblados tienen el mismo poder de voto que aquellos superpoblados. Cómo es posible si, de hecho, la opinión (o el voto) de un ciudadano de una región vale mucho más que en la otra ¿Dónde queda la igualdad?
Esa disparidad abre alternativas, le da más opciones a los ciudadanos, me explicaron más de una vez: Quienes deseen que su opinión (voto) tenga más valor tienen la opción de vivir en lugares poco poblados.
Es decir, en un sistema federal puedes vivir en grandes ciudades (con todo a la mano) pero donde tu opinión vale poco o vivir en lugares donde tú opinión vale mucho más pero con servicios lejanos y poco eficientes (por no ser en masa).
En un sistema centralista, por el contrario, no existe otra opción que vivir en las urbes, allí es donde se deciden las elecciones (por su gran población) y es donde están los mejores servicios, no sólo por ser eficientes al ser en masa sino porque los políticos (para ganar elecciones) concentran sus esfuerzos en ello, sus recursos, su inventiva e incluso sus complots.
Las naciones centralistas tienden a concentrar a su población, poco a poco a lo largo de los siglos, en unas cuantas megaciudades. Hasta en otras naciones de nativos, a pesar de su fuerte arraigo, se puede ver el efecto de esa fuerza concentradora producida por políticos y autoridades ansiosas por satisfacer a la mayor cantidad de gente con el menor esfuerzo posible.
Por eso se desarrollan naciones vacías en la mayor parte de sus territorios y cada vez más atestadas en esas zonas donde los políticos deciden ofrecer más y más servicios, empleos e infraestructura, atrayendo más gente de los lugares ya vacíos para que atesten cada vez más esas zonas donde los políticos deciden ofrecer más y más servicios, empleos e infraestructura…
Incluso entre déspotas y tiranos o entre prolíficos y religiosos resulta más eficiente el federalismo. Las naciones más grandes y ordenadas están divididas en provincias con gran autonomía y la influencia en el poder central está muy distribuida, aunque no al grado de esta federación feudal.
Pactos por la estabilidad (ID)
(índice)
En una nación tan federalista como ésta, y como cualquiera de nativos, los impuestos son de los aspectos más diferenciadores entre sus entidades.
Es lo que define el rumbo económico que se ha de seguir, las actividades productivas que se van desarrollar: Dependiendo de los incentivos en algunas zonas se instalará la industria financiera, en otras la tecnológica o la agroindustrial, por ejemplo.
Por otra parte están las políticas monetarias, las cuales afectan al sistema de forma general y a más largo plazo. Son mucho más uniformes en cada nación.
Toda señoría tiene derecho a decidir sobre su feudo, según la tradición, pero siempre hay pactos locales que limitan el poder discrecional. Los feudos por lo general se agrupan en provincias y si bien no son comunes los sistemas impositivos conjuntos, sí se suele poner coto a la frecuencia con que se pueden hacer cambios y así dar estabilidad jurídica a los súbditos y sus emprendimientos. Lo más usual es que cada acuerdo deba perdurar al menos tres decenios y que los cambios más generales deban ser anunciados con siete años o más de anticipación.
Los pactos generales sólo pueden ser cambiados con el apoyo de la mayoría de las entidades. Todo por dar mayores garantías de estabilidad fiscal.
Las políticas monetarias son marcadas por directorios cuya misión es mantener la armonía entre los feudos involucrados y cuyos miembros son nombrados como si fueran magistrados de un alto tribunal de justicia (como se señala aquí): Donde los feudos con más tiempo sin estar representados tienen la potestad de nombrar a un sustituto cuando sea necesario.
Ya ninguna señoría conserva el derecho de imponer el uso de una moneda. No porque algún ente superior lo hubiese prohibido, simplemente todos los feudos donde se mantenía tal prerrogativa han desaparecido; han quedado despoblados y abandonados o han sido devastados por años de guerras, para que luego la zona sea repoblada por alguna rama de una sociedad con límites claros a la emisión monetaria entre sus tradiciones.
Los hechos han demostrado que mientras más previsibles sean las políticas fiscales y monetarias mejor desempeño socio-económico se obtendrá a muy largo plazo sin importar la tendencia filosófica de dichas políticas.
Disposición trascendental (Pp)
(índice)
La noticia corrió con rapidez atrayendo la mirada, y las palabras, de partidos y activistas de todas las tendencias políticas: Uno de los tantos feudos aún tradicionalistas planeaba cambiar su sistema de asignación de votos en la generación actual.
Es algo común, cada cierto tiempo se da una oleada de cambios, ya sea hacia sistemas más liberales o más conservadores.
Todos los feudos son parte de estructuras superiores en las que se integran en igualdad de condiciones, sin importar el tamaño de su población, de su territorio, de su riqueza, ni de ningún factor más allá del derecho natural de existir como unidad.
Por ello cuando se realiza una votación para tomar decisiones en una entidad superior cada señoría, guiada por la tradición local, fija el sentido de su(s) voto(s) por medio del mecanismo vigente: ya sea por derecho señorial o por voto plutocrático o de las cabezas de familia o aviacrático o universal o incluso por simple azar. Lo más usual es que se asigne por medio de alguna votación secreta cuyos mecanismo no se pueda cambiar a corto plazo, así se evita la coacción de alguna fuerza superior.
La gran mayoría de los partidos políticos se definen según el tipo de designación de voto que promueven, es lo que llega más a la fibra sensible de los nativos. Hasta ese momento aquel feudo había sido de los más conservadores pues la señoría podía disponer del voto de manera discrecional, sólo las más magnánimas consultaban a unas pocas personas más.
Fue una sorpresa cuando las tres familias principales de aquel lugar resolvieron, por unanimidad, que se debía cambiar el susodicho mecanismo para darle vida a sus territorios pero aún debían decidir de qué tipo debía ser: si darían la palabra a sus súbditos o no, si se deseaba atraer inversionistas o académicos o ludópatas o religiosos… Tenían que definir cuál tendencia política seguirían por las próximas generaciones.
El comunicado inicial sólo señaló que se haría una ronda de votaciones tendientes a alcanzar un consenso. En ella participarían 23 miembros de la casa principal y 19 de cada una de las dos de respaldo (pues de éstas no se incluirían a los mayores, a los que podrían querer tomar el poder en el próximo decenio). Se estableció que el voto sería secreto para evitar cualquier tipo de coacción.
Todo ello con el fin de garantizar que la decisión fuese respaldada y continuada por todos los posibles herederos en las principales líneas sucesorias.
Capítulo 34
Donde se describe una nación de nativos con representación ajustable
Emperador constitucional (Pg)
(índice)
Entre nativos el cargo de gobierno más respetado es el señorial.
Aunque el emperador sea la figura más conocida en cada una de estas naciones, no tiene tanta autonomía como una señoría en su feudo ni tanto poder sobre el imperio como el conjunto de éstas. Por ejemplo, el periodo de gobierno de las señorías es vitalicio por derecho natural mientras que el del emperador varía según la nación, según el acuerdo que haya alcanzado una gran mayoría de las señorías.
La tercera nación de nativos que visitamos surgió de una guerra fratricida, de la huida del emperador que la generó y sus seguidores.
Ese emperador fracasó al intentar hacer que su cargo fuese hereditario a pesar de ser un gran estadista y de haber llevado gran prosperidad al imperio. Sólo en su provincia natal, donde siempre gozó de gran popularidad, aceptaron de inmediato esa aspiración pero con la condición de que cediera la mayoría de las prerrogativas que había tenido con anterioridad.
Desde entonces la mayor parte del poder lo ejerce una asamblea nacional que nombra cada cuatro años a un jefe de gobierno para que atienda los principales programas ejecutivos, quedando el emperador a cargo de los asuntos exteriores y de defensa, además de asumir el rol de mediador cuando hay conflictos internos.
El papel más usual del emperador en la política interna es nombrar un jefe de gobierno provisional, con un periodo de mando máximo de tres años, cuando en el parlamento no se logra un acuerdo en tal sentido.
El periodo de los diputados es de cinco años.
Cada año hay elecciones legislativas en una de las cinco entidades administrativas, con lo que las expectativas y estrategias se van ajustando en la medida que las demás representaciones cambian o se reafirman.
En cada feudo el método de elección depende de la señoría correspondiente y de las tradiciones y pactos suscritos.
Dirección general decisiva (Gc)
(índice)
No es raro que una señoría en su feudo decida intervenir directamente para resolver un asunto que escapa a su experiencia y capacidades. Tampoco es raro que falle y que a nadie parezca importar, que nadie reclame ni se indigne.
En la mayoría de los casos la señoría designa o, mejor dicho, ratifica a quien proponga el ente técnico relacionado.
Hay leyes imperiales que establecen los procedimientos y que además prohíben taxativamente el nombramiento de familiares. Esas leyes surgen en congresos anuales donde se plantean asuntos técnicos, problemas comunes, y se coordinan posibles soluciones entre feudos específicos.
Cuando se identifica un problema general, como el nepotismo, y la solución es adoptada por más de dos tercios de las señorías, se vuelve ley imperial y pasa a ser obligatoria en todos los feudos.
Para los proyectos locales a mediano o largo plazo, la señoría a cargo se suele reunir con los jefes de las familias más importantes del feudo, según su abolengo, garantizando así su continuidad y estabilidad.
Los asuntos cotidianos suelen ser resueltos, o al menos tramitados, por el jefe de la familia más solariega de la zona (o distrito). Si lo considera necesario, por ser trascendental, es costumbre que dicho jefe de familia busque asesoría en sus siete sucesores inmediatos para que las decisiones se mantengan en el tiempo. Además puede sumar a los tres naturales mayores de la siguiente generación (que ya estén en la adultez madura) si es necesario ejecutar alguna tarea urgente.
La señoría del feudo siempre puede intervenir, en cualquier asunto, pero se considera contraproducente. De ella sólo se espera que mantenga una visión general de los asuntos públicos.
Cuando un jefe de familia desea desarrollar un proyecto en su comunidad pero éste resulta demasiado técnico, lo más común es que acuda a la institución académica especializada más cercana junto con quienes designen los otros jefes de familia que se pudieran sentir afectados.
Lo único que los detiene, o causa algo de aprensión, es que en las universidades suele haber más estudiantes e investigadores foráneos que locales. Por lo que siempre tienen la sensación de que no habrá suficiente interés o entusiasmo por hallar las soluciones idóneas.
En todos los niveles, siempre es decisivo encontrar a alguien con amor a la tierra en donde se va a desarrollar cualquier proyecto, para que lo dirija.
La federación más flexible (Ar)
(índice)
Se acercaba la fecha de las elecciones parciales del parlamento imperial y se esperaba un cambio en el punto de equilibrio interno del mismo.
La segunda provincia más grande había decidido asumir una postura más agresiva con relación a sus pares.
Esta nación está compuesta por cinco entidades disímiles (dos provincias mayores, dos menores y una megaciudad, que es la capital), disímiles tanto en número de feudos como en población e idiosincrasia, por lo que constituyeron una federación flexible para que cada cual esté representada según sus propios deseos, necesidades y posibilidades.
Cada año hay elecciones legislativas en una de las cinco entidades, se alternan las más grandes con las más pequeñas (siguiendo la secuencia 1-3-5-2-4-1).
Pero antes se reúnen las señorías de los feudos que la integran para decidir cuántos diputados elegirán, para decidir si desean pagar más por una mayor representación en el parlamento o si desean disminuir su gasto público y con ello el número de sus representantes.
En esa nación las provincias y el distrito capital tienen derecho a tener tantos diputados en el parlamento como el que más tenga, debiendo simplemente contribuir con el presupuesto en la misma medida. Y a la vez tienen derecho de contribuir tan poco con el gasto público como el que menos, siendo necesario simplemente que sacrifique su representación en el parlamento en la misma medida.
Tales extremos sólo sirven como referencia teórica, ninguna entidad nunca ha variado demasiado su postura. Siempre hay algún feudo que lo impide.
Los ajustes reivindicativos, como el esperado en esa época, no suelen ser abruptos ni inmediatos pero sí recurrentes pues la provincia más grande tiene la tendencia natural a imponerse (tiene más feudos y población que la segunda y tercera sumadas) y más aún al contar con el apoyo casi incondicional de la más pequeña y del distrito capital.
Si bien tales decisiones se toman por mayoría de las señorías, en cada feudo la opinión pública se expresa de manera particular, según sea de tendencia liberal o conservadora. Y después de tomada dicha decisión, definido el número de representantes a elegir y el plan de gastos quinquenal, se inicia el periodo de postulaciones y una campaña electoral donde el discurso se suele tornar agrio.
Con todo y eso, las entidades acostumbran actuar en armonía. La opinión pública es transversal y se va ajustando a lo ancho de la nación a la sombra de cada elección legislativa parcial.
El lenguaje fuerte es sólo un recurso retórico para aumentar o disminuir los fondos públicos.
La única migración masiva (MP)
(índice)
La mayor migración de nativos se dio en esta nación.
Se dio en sus inicios, cuando un emperador intentó imponer su dinastía en la gran federación para después tener que huir a su provincia natal, produciendo la secesión de ésta, junto a otras tres.
Tenía el ejército más numeroso que se hubiese visto entre los suyos pero era un ejército informal, indisciplinado y, en ocasiones, hasta temeroso.
Eran civiles esperanzados en hacer una rebelión, civiles que al no ver una victoria gloriosa, inmediata e incruenta prefirieron emprender la retirada hacía el único lugar donde serían bien recibidos, hacia la tierra natal de su líder.
Fue una decisión intuitiva, tomada al unísono por miles de individuos sin comunicación entre sí, sin un plan en específico. Nada impidió ni demoró esa retirada excepto la propia conciencia de los mismos migrantes que sabían que no volverían a sus tierras.
Tierras donde ya eran considerados traidores, tierras donde ser traidor es la mayor afrenta posible.
Esa ha sido la mayor migración masiva porque ha sido la única que se puede denominar así.
Las migraciones definitivas son muy poco comunes entre seres tan apegados a lo propio como los nativos. La esencia misma de un nativo está en la permanencia estable y cuidadosa en un mismo lugar, no sólo porque sientan cariño por sus gentes o por el territorio y los paisaje, sino porque consideran que es el método óptimo para progresar. Consideran que es necesario focalizar las energías, el raciocinio, el espíritu en un solo lugar para lograr entender y sentir sus fortalezas y debilidades, sus carencias y potencialidades, para lograr obtener el mayor provecho de la forma más sostenible posible.
No por ello dejan de viajar y residir en lugares lejanos. Lo usual es que inicien sus carreras profesionales lejos de casa pero que vuelvan a la misma cuando sienten que es la hora de formar familia, sobre todo porque los descendientes tendrán más derechos si tienen raíces profundas donde residen.
Las pocas veces que migran de manera definitiva es cuando en el destino no hay familias antiguas, ya sea porque fueron diezmadas o porque es un territorio virgen; o cuando, como en este caso, se está refundando una nación, con un nuevo sistema político.
Los migrantes, al llegar en masa a las provincias recién separadas, fundaron nuevas ciudades, empezaron de cero, echaron raíces en ese territorio olvidando cualquier abolengo o linaje.
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Índice
- Cap13. De donde impera el gran arraigo
- Cap22. De donde impera el gan arraigo federado
- Cap34. De donde impera el gran arraigo graduable
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