Prolíficos

Son seis las naciones donde impera el respeto a quienes tienen grandes descendencias. Aquí los escritos con los aspectos más característico de cada cual.
(La numeración de los capítulos corresponde al orden cronológico de nuestro viaje)

Capítulo 02

Donde se describe una nación de prolíficos tradicionalistas

Mudanza a la tranquilidad (Pb)

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Recuerdo las ansias que tenía por llegar a esa pequeña y pacífica nación. Habíamos pasado semanas tensas y nos hacía falta algo de calma.

La bienvenida fue cordial: una enviada especial nos recibió y guio a la que sería nuestra residencia.
No hubo conflictos ni inconvenientes al entrar, aunque me contaron que la frontera estaba totalmente militarizada con personal de alta capacitación.

Me sorprendió enterarme que los habitantes de aquella nación seguían a un anciano apacible y sabio, lo seguían aunque nadie lo había electo. Todos respetaban sus decisiones aunque nadie lo consideraba gobernante, todos obedecían sus órdenes aunque nunca ejercía la fuerza (ni tenía potestad para hacerlo).

Cuando alguien de mi familia preguntó por qué él y no cualquier otro, por qué seguir a ese anciano en particular, respondían enumerando la cantidad de nietos y bisnietos que tenía (era el que más) y hablaban de lo buen padre que siempre había sido.

Sólo tiempo después comprendí que intentaban hacer ver que ese anciano al tener tantos nietos y bisnietos, tendría intereses en todas las partes de cada conflicto, que sería el principal interesado en alcanzar el arreglo más justo, más ecuánime. 

Cambios predecibles (Cg)

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La tranquilidad y suavidad del benemérito anciano que lideraba aquella nación era contagiosa, se sentía en la vida diaria, en todos los habitantes.

Recuerdo en especial un día en que, en un intento de generar polémica, alguien preguntó quién sería el siguiente líder de la nación. 
No hubo polémica alguna, no hubo siquiera el menor atisbo de duda: Ya hay un abuelo (aún joven, relativamente) que supera a todos los demás en número de descendientes. Es muy posible que rebase al benemérito actual dentro de poco. 

¿Entonces podría asumir el cargo en ese momento, cuando rebase al benemérito? (Siguió la cizaña.) No, dicen con extrañeza, No hay cargo que asumir, la descendencia sigue a quien desea. 
Por instantes mi mente infantil creyó complacida en aquella buena voluntad y lealtad pero al poco tiempo, después de una breve indagación, me incliné a creer que no hay confrontación porque los nietos del líder en ejercicio son mayores que los de su posible sucesor, tal vez esos nietos tengan más poder, más rango y, en general, más ventaja en caso de una guerra interna.

Por otra parte, también intuyo que es difícil que el mando pase a la primera o segunda generación de un líder reciente, pues se consideran incestuosas las relaciones entre primos.
Pero ello no saltó a mi mente hasta mucho después, al recordar la celebración veinteañera de uno de los nietos del venerable anciano. Ya habíamos ido a un par de esas fiestas de cumpleaños (eventos públicos y fastuosos, como pequeños carnavales) pero en este caso no hubo mayor coqueteo con el galán de turno, a diferencia de las ocasiones anteriores. 
No hubo coqueteo no porque fuese feo o tímido o pobre o desvalido (era nieto de la autoridad suprema). Nada de ello influía. El detalle estaba en que, si no la mayoría, muchas de las señoritas presentes eran o primas o tías o sobrinas del homenajeado y cualquier insinuación exagerada podía valer la muerte.

Celebraciones estratégicas (CE)

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En esa nación los jóvenes son entrenados para la guerra desde pequeños, crecen casi analfabetas: La vida los educa, no los libros; dicen las madres (quienes sí que se han educado desde niñas en arte, ciencia y filosofía). Los jóvenes pasan toda su adolescencia en internados militares cerca de las fronteras (sobre todo) con naciones de déspotas. De allí vuelven al cumplir 20 años, a una ceremonia hecha en su honor, para luego marcharse de nuevo a la frontera o dedicarse a los trabajos más pesados en la producción de alimentos y demás.

Las jóvenes por su parte se dedican a sus estudios hasta que así lo deseen. Al cumplir los 16 años ya pueden empezar a ser cortejadas (recuerdo justo esa expresión pues mis padres al oírla no pudieron contener una carcajada, incomprensible para mí).
Quienes se dedican a la vida académica deben prestar un servicio educativo obligatorio. Después de los cuarenta, cuando ya han alcanzado un nivel medio en su área de saber, deben dedicarse a difundirlo por cuatro años. Pudiendo ser menos si alcanzan el número de aprendices promedio.

Pero lo más relevante pasa en las celebraciones veinteañeras. Recuerdo en especial la de uno de los nietos del anciano benemérito pues, al no centrar mi atención en el homenajeado, me entretuve viendo cómo cortejaban a una de sus primas, de poco más de 16, supongo. 
Ella estaba colorada, feliz ante las insinuaciones sutiles pero certeras, halagada ante la atención que recibía, indecisa ante tantas opciones disponibles y condiciones posibles. 
Nada de ello tendría mayor relevancia si la fuente de esas insinuaciones, halagos y atenciones no hubiesen sido otras mujeres, mujeres algunas embarazadas, mujeres (entendería años después) que buscaban quien pudiera aumentar la descendencia del padre de sus hijos, del abuelo de sus nietos.
Así, el tino de chicas como ésta podría determinar quién será el líder supremo en el futuro, cabría suponer que su elección dependerá más de las cualidades de sus posibles comadres que de los encantos de quien podría ser el padre de sus hijos.

Verdades semiocultas (Sj)

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Ya mis padres estaban preparando nuestra partida (habíamos sido invitados a la entronización de un tirano) cuando se enteraron que el venerable anciano tendría que ejercer su autoridad como juez.

No contaré los pormenores del asunto a juzgar por no alargarme sin necesidad. Solo resaltaré que, a la hora de un conflicto, se reúnen en el tribunal junto al venerable anciano-juez todas las abuelas de la comunidad que lo deseen. Las abuelas de los implicados abogan por sus respectivas progenies. El juez no emite opinión durante los alegatos, limitándose a dar la palabra y a seguir una normativa interna rigurosa y muy detalla. Después se retira a su hogar el tiempo que considere prudente, medita, convoca una nueva audiencia sin mayor antelación y da su veredicto, irrevocable, por supuesto.

Pero lo memorable ocurrió gracias a nuestra incapacidad, como forasteros, de asistir al tribunal. Durante la audiencia tuve que dedicarme a pasear, encontrándome  de repente, y por mera casualidad, frente a la casa del benemérito. Me quedé allí, a la espera de nada (lo juro), cuando veo que llega el benemérito junto a muchas de las abuelas de sus nietos. Veo que se prende la luz de la amplia estancia central de la casa, veo algo de movimiento en el interior, un movimiento ordenado pero vehemente, como si por turnos debatieran algo… De repente, reina la calma, veo manos levantadas y veo al venerable juez salir de la casa, solo, rumbo al tribunal. Al parecer “él” ya había tomado una decisión.

A fin de cuentas, concluí años después, al tomar conciencia de ello: El venerable anciano, la autoridad máxima, no decide nada. Sólo es la voz simbólica que comunica lo decidido por el conjunto de mujeres que lo eligió como semental, como padre de sus hijas y abuelo de sus nietas.
Valiente en el campo de batalla, de buen gran corazón, pero sin voluntad propia. Así lo eligieron.


Capítulo 06

Donde se describe una nación de prolíficos con una útil vocación religiosa

Llegada de las sucesiones (Cs)

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Nuestra nueva estancia fue en una de las naciones más grandes y densamente pobladas que existen.
Como en su nación madre, la supremacía política la tienen los abuelos (o las abuelas), por lo que la tasa de fecundidad es alta, demasiado alta.
Al crecer la población, el antiguo sistema dejó de ser operativo: Ningún abuelo puede ser tan prolífico como para influir en toda la nación; surgiendo una religión que mantuvo la cohesión social.

Fuimos invitados por un amigo de la familia que asumiría como obispo tras la muerte de su antecesor y cuñado. Nos explicó:
La tradición indica que cada abuelo, cualquiera sea el cargo que ostente, tiene derecho a designar un sucesor de entre quienes tienen el cargo inferior al suyo.
Dicho sucesor debe ser uno de sus cuñados, que suelen ser muchos, y además debe designar un suplente del sucesor, en caso de impedimento total de éste. El cual debe ser un cuñado en común, para evitar grandes disputas entre ellos.

En los cargos de gobierno, como el de nuestro amigo, cada sucesor se designa de entre aquellos que tengan mayor feligresía, que tengan más seguidores ganados entre el pueblo. Allí entra la religión, que se mezcla con la política en ceremonias públicas donde un pastor interpreta las sagradas escrituras, y decide y decreta en base a ellas. Además, en ocasiones se abren debates que el sacerdote modera pero sin emitir opinión.

El más alto cargo de gobierno es el de Pastor Mayor, éste designa a un sucesor entre los supervisores regionales, llamados obispos, y estos designan a sus propios sucesores entre los pastores locales. 
La influencia es a futuro, ninguno tiene derecho a remover del cargo a nadie ni a nombrar suplentes en caso de vacantes. Quien haya dejado la vacante ha de haber asignado su sucesor, a menos que haya sido por cometer algún delito. 
Nuestro amigo y anfitrión nos cuenta que hace no mucho un obispo fue defenestrado, quedando anulado su mando sucesorio. Debía asumir el pastor de esa provincia que tuviese más cuñados entre los obispos pero, al haber varios pastores con igual número, fue asignado el de mayor edad, que tuvo como principal misión designar a su sucesor. Era demasiado mayor.

Pacto entre tres abuelas (LH)

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Dicen que las primeras sucesiones se dieron gracias a tres hermanas gemelas. Desde muy pequeñas juraron ser las matronas de tres familias distanciadas, que no hubieran competencias entre ellas.
En aquella época los conflictos eran comunes. Los abuelos venerables no tenían suficiente arraigo en toda la nación como para ser justos. La nación era demasiado grande, demasiado dispersa.

Hasta que llegaron las tres Catalinas
Las tres eran una.
Una voluntad, una astucia, una creatividad. La primera se unió a una familia ya establecida, ya con un abuelo con gran descendencia, con miras a convertirse en el líder de su comunidad. Logró unirse y dominarla gracias a su perseverancia.

La segunda esperó algunos años más. Se mudó a una comunidad pequeña pero de gran importancia geopolítica. Allí se unió a una familia con numerosas hijas, que abrigaba a quien sería por mucho el abuelo venerable del lugar.
La última en conformar una familia se había dedicado a las bellas artes en la capital de la nación, con ellas enamoraba a muchos jóvenes hasta que escogió a un bisnieto del venerable recién reconocido como líder para fundar su familia.

Décadas después, para cuando la primera hermana llegó al poder, la segunda ya regía en su familia, y en su comunidad, y la tercera ya tenía nietos. Se las ingeniaron para que otros ancianos no pudieran ejercer el liderazgo. A veces lo hicieron a la fuerza, otras manipulando situaciones y otras más creando incentivos difíciles de rechazar.

Lo que sí parece ser cierto es que las tres gobernaron por derecho una detrás de otra. Fue ajustado a derecho, repito, no se cambiaron las tradiciones ni las leyes en las transiciones, cual falsa revolución. Pero sí que fueron cambiando la mentalidad de la gente, el discurso político.
Era obvio que cada abuelo venerable era sucesor de su cuñado y ese de su cuñado. A las juristas les decían que, de hecho, les correspondía el liderazgo por el número de nietos y bisnietos, y sus fechas de nacimiento; pero a la gente decían que era una sucesión, que cada venerable escogió a su mejor cuñado. Fue la mayor operación propagandística de la antigüedad.

Por ello no hubo quejas cuando, en la regencia de la última hermana, decidieron cambiar las leyes. Por ello a nadie pareció importarle cuando le heredaron el poder al abuelo de los nietos de una cuarta hermana, con maneras no tan apegadas a la tradición.

El gobierno de las tres Catalinas, cuenta la leyenda, fue el más prosperó de la nación, el menos conflictivo en mucho tiempo.

Construcción del porvenir (Sc)

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Una de las tradiciones más emblemáticas entre prolíficos es la construcción de nuevas ciudades.
Desde la antigüedad es común entre ellos la migración a lugares desolados, tal vez es una forma de eludir sus conflictos, de mantener la paz general, de ser civilizados.

La mayoría de las metrópolis son autónomas en sus necesidades básicas. Gustan de comerciar sólo bienes exóticos, sólo aquello de lo que se puede prescindir.
Las ciudades son circulares, o más bien espirales, una vía principal describe una hélice, alejándose del centro en proporciones iguales al número áureo. En dicho centro están las residencias de las familias más grandes, de las estirpes más profusas.
Después de la zona residencial está la comercial, seguida de la industrial y de la agropecuaria.
En la medida que una urbe crece, cada zona le va quitando terreno a la siguiente y esa a la siguiente. Siempre con la autorización del abuelo (o familia) que esté velando por el bien común.

Cuando el benemérito se niega a ajustar la estructura de la ciudad en favor de familias menores, es una señal de que será necesario fundar una nueva. 
Así lo aceptan todos, sin lamentos ni rebeldía, incluso lo aceptan con optimismo, como la oportunidad de alcanzar una mejor posición en un mejor lugar, como una forma de mejorar lo hecho por los antepasados.

Desde hace mucho no se fundan nuevas ciudades, ya casi todo el territorio está ocupado. Ahora se reconstruyen.
Lo usual es que una gran familia se mude a una urbe pequeña (donde prevalezcan familias menores), invierta en nuevas infraestructuras e imponga su ley atrayendo a las mejores doncellas.
Ello se hace de manera recurrente, siempre habrá una ciudad menor que la otra; La que un día fue la más grande, eventualmente será la más chica.

Las familias más pequeñas también conservan el instinto migratorio. Suelen escoger ciudades gobernadas por quienes comparten sus ideales y principios, pero así mismo pueden migrar con libertad hacia otras naciones prolíficas con fundamentos distintos, ya sean más tradicionalistas o más sofisticadas, con votaciones censitarias por ejemplo.


Capítulo 12

Donde se describe una nación de prolíficos con un sitema de gobierno federado

La llegada de la Unión (Sf)

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Mis padres planearon nuestro viaje a la nación más poblada para que coincidiera con sus fechas patrias, en especial con el Día de la Unión.
Ese día se conmemora la sesión final del congreso fundacional donde 23 ciudades autónomas decidieron conformar una nación. 

Cuenta la historia que la propuesta más apoyada era crear un consejo superior con un representante de cada ciudad (su respectivo anciano benemérito), el cual sería asistido por una asamblea federada con las letradas más destacadas de cada ciudad.
Como siempre ello significaba que las abuelas tomarían las decisiones en una asamblea, mientras que los abuelos sólo firmarían el ejecútese en un consejo “superior” como un acto simbólico

Llegado el día, el Acta de la Unión habría de ser firmada por los 23 beneméritos en una sesión solemne, donde sólo se leería y aprobaría (sin discusión, como es costumbre).
Sorpresa: Se leyó y aprobó un acta distinta a la acordada en la asamblea después de meses de deliberación. Una que rompía con la tradición, una que establecía como principio supremo que al morir algún benemérito, su sucesor sería elegido por sus pares de entre tres predispuestos por el finado que cumplieran las condiciones de rigor, a saber: que tuviese más de 61 años, que tuviese más de 17 nietos y que hubiese sido cuñado del implicado.

La asamblea federada sólo conservó la mitad del poder, la mitad propositiva.
Si las resoluciones emitidas reciben el apoyo de más de la mitad de las letradas o de más de la mitad de los comités de las ciudades (con el voto de dos tercios de las representantes en cada cual), la resolución pasa a ser considerada por el consejo superior, o de abuelos.
Si dos tercios de las letradas, o de los comités de ciudad, votan a favor de una resolución, la misma queda aprobada así no obtenga el visto bueno del consejo superior.

El susodicho principio sucesorio acabó con el poder blando de las abuelas, ya no gobernaría el más prolífico, ya no había motivos para escoger, o pactar, al candidato ideal para cada nieta en celebraciones estratégicas.

Todo cambió pero no hubo ni lamentos ni rebeldía, sólo hubo aceptación.
Nunca supieron cómo pasó. Sólo cabe suponer que fue un complot orquestado no por abuelos sedientos de poder, sino por nietas sedientas de libertad (amorosa).

Fruto de los impuestos (ID)

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Pasamos cerca de una manifestación organizada por un movimiento antinatalista. Están en contra del cobro abusivo de impuestos a quienes no quieren tener hijos, o al menos no demasiados.

El movimiento resurge en épocas de crisis, en épocas en que es difícil conseguir el sustento para la prole, ya sea por guerra o por sequía/inundación o por cualquier eventualidad que cause una recesión prolongada.
El movimiento defiende que no se debe tener más hijos de los se puede mantener y que el estado no debe incentivar lo contrario, y mucho menos atacar a quienes viven al margen.

Una de las activistas con las que hablamos argumentaba que dicho impuesto, al ser tan alto, sólo aumenta la evasión fiscal e incluso la emigración a otras naciones prolíficas más liberales, llegando a ser masiva.
Ella ya había tenido tres hijos pero igual pagó el impuesto anual dos veces porque pasó demasiado tiempo desde que registró al más pequeño (a los 33). La ley dice: Si durante diez años consecutivos una mujer mayor de 30 no ha tenido dos hijos, debe pagar el impuesto cada año hasta tener a su segundo hijo de manera oficial o hasta que cumpla los 45.
En el caso masculino es aún más abusivo. Ellos deben pagar el impuesto si cumplen un año sin declarar dos hijos oficialmente (entre los 25 y 50 años de edad).
Cabe destacar que los bebes sólo son registrados de «manera oficial» al cumplir tres años, al sobrevivir la infancia temprana.

Dichos parámetros han cambiado según la época y la nación, siendo ésta la nación más restrictiva al respecto. El sistema hace que sólo se puedan quedar quienes tienen suficiente dinero o una familia amplia o quienes logran recibir excepción (sobre todo por destacar en el servicio militar).
Pero también se quedan quienes no dan importancia a que sus hijos pasen hambre o sufran, quines sólo los cuidan como es debido hasta que cumplen tres años, quienes sólo los tienen porque es más barato que pagar el impuesto.

Militancia exuberante (Pp)

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Fuimos a la convención internacional de uno de los partidos políticos más importantes, el más grande.
El recinto me impresionó, sobre todo por la cantidad de personas que había. Si bien tenía conciencia de lo hiperpobladas que son aquellas naciones, igual me impactó presenciar un evento de masas de tal calibre.

Más aún cuando me aclararon que no estaban presentes todos los que tenían derecho a voto. Por cuestiones de logística sólo estaban los miembros más veteranos, los que tenían más tiempo como militantes del partido y, en consecuencia, mayor poder de voto.
Cada quien tiene tantos votos como años inscrito en el partido. Ese día fueron convocados sólo los miembros con más antigüedad, con más de 17 años de militancia, pues según sondeos previos con ellos bastaría para tomar las decisiones del día.
La mayoría de los miembros son mujeres de más de 50 años. Sólo se pueden inscribir las abuelas (con al menos un nieto) y los abuelos de más de cinco.

Había un flujo constante de personas, sobre todo porque muchas decisiones eran en cascada.
La jornada empezó con el voto de los (619 miembros) más veteranos, hicieron el conteo y empezaron las proyecciones. Había un gran cartel con el censo válido para esa convención, en él se remarcaba con cuántos votos se alcanzaba la mayoría. Con cada corte anual se hacía el conteo respectivo. La tensión aumento con el corte de 19 años de militancia, una de las opciones podía alcanzar la mayoría, y así lo hizo.
No recuerdo de qué trataba la consulta, era una disputa interna aunque con líderes de varias naciones. Sólo recuerdo que se resolvió antes de lo esperado, que la decisión fue firme, con lo que se aligeró el ambiente.

Es el partido más internacionalista entre naciones de prolíficos, procura la libre migración entre ellas para que los descendientes puedan desarrollar sus vidas en el lugar que consideren mejor.
Si bien sigue siendo un partido conservador es el más abierto a posturas liberales, lo cual dificulta su entrada en las naciones más tradicionalistas, donde las facciones partidistas se manifiestan en el seno de cada familia que detenta el poder.
Las líderes de esas naciones trabajan en la sombra, viven en el anonimato, incluso cuando alcanzan el poder máximo.

Capítulo 21

Donde se describe una nación de prolíficos con mando limitado

Autoridades temporales (Pg)

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En todas las naciones de prolíficos los mandatos son vitalicios menos en ésta.
Surgió de la primera ciudad, de las 23 firmantes, que se retiró de la Unión (luego harían lo propio tres más). Nunca aceptaron el cambio en la distribución de poder, decían que como pueblo habían perdido autonomía, quedando en manos indolentes, que los cargos vitalicios siempre habían sido un problema, que sólo funcionaban cuando había gran arraigo de los funcionarios (cuando estos tenían muchos nietos, mucho que perder).
Y en la federación es peor aún, dicen: Los cargos son más que vitalicios pues cualquiera puede llegar a establecer quién será su sucesor, extendiendo sus ideas políticas incluso más allá de la muerte.

Cuentan que quienes estaban más inconformes eran las élites (las abuelas), y que cada vez lo estuvieron más ante el aumento constante del número de miembros de la unión, ante la pérdida acelerada de influencia en un sistema federado que daba igual poder a cada una de las ciudades involucradas.
La entrada a la unión de once nuevos miembros (para un total de 48 en aquel momento), los impulsó a realizar una gran consulta autonomista. Fue una consulta aviacrática, donde votaron quienes tenían tres nietos o más, y que sirvió para redefinir el sistema de gobierno, haciéndolo mucho más predecible y estable, con periodos de mando bien estructurados, inmutables al corto plazo.

Hoy en día cada tres años los abuelos (de tres o más) eligen una autoridad contralora, eligen un representante de los intereses del pueblo, encargado de controlar las actuaciones de la autoridad rectora, cuyo mando dura un máximo de tres años.
Cuando acaba el periodo de la (autoridad) rectora, la contralora pasa a sucederle, haciendo necesario que los abuelos elijan una nueva contralora. Así, cada autoridad tiene un mandato de seis años, tres años en cada cargo, al quedar electa o reelecta. Ello garantiza que nunca haya vacío de poder, que nunca haya duda de quién está al mando y de quién le sucederá.

A la ciudad fundadora se unieron muchas otras, cada cual usa el mismo mecanismo para elegir a sus autoridades locales pero con votaciones cada dos años. De esas mismas votaciones surge un Comité de ciudad conformado por las tres candidaturas más votadas, durando en el cargo cuatro años, además las autoridades rectoras que concluyan su periodo de mando pueden continuar en su comité de manera vitalicia, a menos que decidan postularse a algún otro cargo.

Esos binomios políticos son la base de un robusto sistema de contrapesos que se hizo necesario al no poder elegirse familias con suficiente arraigo en la nación, familias capaces garantizar la justeza de las decisiones.

Contrapesos cotidianos (Gc)

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Es fácil entender de dónde surgió el sistema de gobierno de esta nación con sus autoridades rectoras y contraloras:
Se basa en los mismos principios que usan todos los prolíficos para cada labor, desde gestionar asuntos cotidianos hasta realizar proyectos de envergadura, en donde  hay un poder accionante y otro regulador: Uno que debe ser ágil y asertivo y otro que debe mantenerse estable y meticuloso.

Por ejemplo, en una ocasión era necesario remodelar y ampliar una de las vías de comunicación más importantes de una gran ciudad.
Siete familias iniciaron conversaciones. Eran siete de las familias más grandes del lugar, eran las que tenían más interés en que se llevará a cabo el proyecto. Cada familia nombró tres delegadas (y el gobierno central dos más).  
Según la tradición la familia promotora de cualquier trabajo, por pequeño que parezca, debe contar con el auspicio de una de las tres familias más grandes del lugar (sin contar a la gobernante) con quien designará una autoridad rectora del proyecto.
Además se ha de designar una autoridad contralora que vele por el buen desarrollo del proyecto y mantenga informada a la comunidad de los avances, pudiendo sustituir a la rectora en casos de emergencia y siempre de forma temporal. Dicha autoridad es designada por las cinco familias más grandes que se vean afectadas por el proyecto.

La capacidad de acción de la contralora, al igual que la de la rectora, varía según el grado de entendimiento alcanzado entre las familias que les designaron, por eso una es lenta pero segura y la otra es ágil pero endeble. La relación entre dichas dos autoridades puede determinar futuras alianzas, pero no es muy usual, por lo general hay gran enemistad entre las familias principales de cada localidad.

En este caso el gobierno ordenó que se realizaran reuniones previas moderadas por dos de sus miembros para evitar controversias desde el principio y hacer el proceso más fluido. Había demasiados intereses contrapuestos y el proyecto era demasiado importante para dejar que se descarrilara o pospusiera.
Necesitaban tener éxito en el primer intento.

Coordinadoras políticas (Ar)

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A pesar del histórico distanciamiento político de esta nación y la Unión es inevitable que tengan muchos lazos en común, sobre todo por la amplia y permeable frontera que comparten.
Los sistemas políticos de las dos naciones son muy distintos pero igual están sincronizados casi a la perfección por medio de las Figuras Coordinadoras, las cuales son capaces de tomar decisiones eficaces y oportunas, marcando el rumbo y el ritmo de desarrollo.

Todo inició cuando la ciudad autónoma más importante de una región, recién separada de una nación más grande (la Unión), convidó a otras cinco urbes a elegir una figura pública que coordinara y representara sus intereses comerciales conjuntos. (Esas ciudades tenían un mismo tipo de sistema político, con elecciones aviacráticas, por lo que no tardaron en unirse en una sola nación.)
Para evitar el regionalismo en la elección de dicha figura, cada comité de ciudad podía postular a dos personalidades destacadas pero sus miembros sólo podían votar las candidaturas de las otras ciudades. Ello se mantiene aún hoy con un añadido: La candidatura a apoyar debe ser de ciudades distintas a las favorecidas por el mismo comité en los tres últimos comicios; los demás nombres no aparecen como opciones. En una segunda ronda se puede votar por cualquiera de las tres más apoyadas sin importar su origen.

Tal figura fue tan efectiva (en comparación a otras instancias) que las naciones vecinas no tardaron en adoptarla en las zonas limítrofes, en especial la Unión por sus engorrosos órganos federales. La elección de la coordinadora se hacía en conjunto, así como ahora, pero en sus inicios sólo servía como asesora especializada en asuntos comerciales para las autoridades correspondientes, al menos en el papel. En la práctica todas sus sugerencias eran aceptadas y asumidas a ojos cerrados al ser fruto de largas negociaciones multilaterales.

A medida que aumentó el número de ciudades participantes, y el apoyo popular, aumentaron las atribuciones de la coordinadora. Además de los asuntos comerciales empezó a hacer sugerencias, y a tomar decisiones, respecto a crisis migratorias y administración de justicia.
En algún momento hubo un breve conflicto: Las autoridades locales empezaron a censurar muchas de las decisiones de la coordinadora, ésta había adquirido demasiado poder, por lo que se hacía necesario dividir el cargo. Pensaron realizar varias votaciones pero ello sería dificultoso. Decidieron que los votos de la misma elección serían contados usando distintos “factores peso”.
Por ejemplo: Los asuntos migratorios debían ser tratados por la coordinadora más votada por las ciudades que se vieran más afectadas, pero tomando en cuenta la opinión de todas las demás, por lo que el número de votos de cada ciudad por cada candidatura se multiplica por un índice migratorio, que va desde 1,00 para la que menos migración tenga (sea positiva o negativa) hasta 2,00 para la que más.

Así ha sido desde entonces, cada vez en más ámbitos hasta llegar a asuntos de educación y sanidad cuando las votaciones se hicieron ley en todas las ciudades de la Unión.


Capítulo 33

Donde se describe una nación de prolíficos jóvenes y legisladores

Migraciones por política (MP)

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Es nuestro camino a otra nación de prolíficos viajamos junto a una joven que buscaba iniciar una nueva vida, que iba a mudarse de manera definitiva.
Nos comentó que la mayoría de las personas (especialmente los jóvenes) que migran a esa nación lo hacen por el mismo motivo “desde siempre”, desde que se fue formando como una entidad autónoma, lo hacen por libertad política.

Nos contó que esa nación se fue separando de la Unión poco a poco, al ritmo en que se consolidaba el consejo mater, al ritmo en que llegaban más y más migrantes que fortalecieron una identidad ciudadana diferente.
Desde sus albores disfrutaron de gran autonomía a pesar de estar en una zona neurálgica de la federación, en uno de los mayores polos de desarrollo. De hecho siempre han tenido la noción de que disfrutan de una gran prosperidad gracias a su autonomía, pues por medio de ella pueden crear leyes que incentiven nuevos emprendimientos, que enciendan la creatividad de los más jóvenes (o mejor dicho: de los no tan viejos) y el progreso económico.

Lo que más le atrajo a ella, igual que a muchos otros migrantes, fue la estructura de la institución más característica e importante de esa nación: El consejo mater.

Es la cámara baja del órgano legislativo. Sus miembros son ciudadanos con al menos tres hijos de más de siete años de edad que son electos por votantes con esa misma condición. En ninguna otra de las naciones de esa armonía se puede participar en política desde tan joven.
Empezó siendo una instancia de consulta de una pequeña ciudad, una instancia donde los ciudadanos productivos, con hijos por quienes trabajar y sacrificarse, podían plantear proyectos de desarrollo actualizados con los últimos avances técnicos y leyes que favorecieran la innovación y creatividad por medio de la mezcla de culturas.
Ello no sólo trajo gran progreso a la zona, sino que poco a poco fue diferenciando a esa y otras ciudades del resto de la federación a la que pertenecía hasta llegar a la secesión, además de producir un continuo flujo migratorio que no ha parado desde entonces.

Nuestra recién conocida compañera de viaje no planeaba hacer carrera política, sólo quería tener mayor influencia, sólo quería poder votar por alguien con una visión de futuro prometedora, por alguien que pensara como si le quedara más de la mitad de su vida por delante.

Una consejera principal (Vc)

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Estaba por asumir su nuevo cargo en el consejo mater una de las personalidades políticas más atrayente de la última década.
Su ascenso fue meteórico, en sólo cinco años se había convertido en consejera principal, algo que no se ve en largos periodos y que suele marcar el inicio de cambios importantes.

En esa nación de prolíficos la elección de los miembros de la cámara baja legislativa, llamada consejo mater,  se hace por medio de votaciones parciales distribuidas.
Cada candidatura se puede inscribir cada año en una de las 23 circunscripciones electorales (que tienen similar número de votantes). Puede elegir cualquier circuito, sólo debe ser distinto a los últimos siete.
Los ciudadanos votan todos los años, con lo que dan su apoyo al menos a siete candidatos distintos a lo largo del tiempo. Pasados siete años de una jornada electoral, la misma caduca pues un votante no puede dar apoyo doble a un mismo candidato y los candidatos deben renovar su legitimidad en cada circuito de manera periódica.
Así, los consejeros acumulan apoyos en ciclos de siete años, que se traducen en poder de voto en el seno del consejo mater.

Cualquier ciudadano interesado que cumpla los requisitos básicos puede ser consejero, pero la mayoría no alcanza la cuota mínima para poder proponer acuerdos y mociones o para nominar autoridades ejecutivas, y quienes la alcanzan lo hacen después de varios años de iniciar su carrera política, once años en promedio.
La cuota mínima de apoyos para obtener un curul pleno es la media de apoyos de los 131 consejeros más populares, llamados consejeros principales. La mayoría logra llegar a ser principal acumulando un apoyo significativo en siete circunscripciones acordes con su visión. Es común que algunos políticos logren grandes resultados en uno o dos circuitos siendo populistas o radicales pero que, por ello mismo, obtengan resultados mediocres en los demás lugares donde se postulen, quedando lejos de alcanzar el mínimo necesario para ocupar un curul pleno.
Un principal pierde sus prerrogativas apenas deja de estar entre los 131 consejeros más votados. Por lo general quien deja de ser consejero principal no logra volver a serlo pero, dependiendo de sus años  en el cargo, tiene la posibilidad de cumplir encargos ejecutivos menores.

El sistema político de esta nación es en esencia legislativo. Sólo se asignan algunas actividades ejecutivas importantes por periodos cortos a los miembros principales del consejo o del comité, sin que ello implique la pérdida del curul.
La cámara alta legislativa es aviacrática. Se denomina comité central y está compuesta por ciudadanos interesados que hayan ejercido como consejeros principales por más de once años.
Sólo los 31 abuelos con mayor descendencia tienen derecho a voto.


Capítulo 49

Donde se describe una nación de prolíficos guiados por el azar

Multiplicador aviacrático (AP)

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La última nación de prolíficos que visitamos se formó por mera casualidad:

En la antigüedad, en unos poblados ligeramente apartados entre sí había frecuentes disputas por nimiedades.
Cuentan que un día unos beneméritos decidieron dejar que el azar zanjara el conflicto del momento y con el tiempo otros tantos siguieron el ejemplo.
Se hizo común al menos en asuntos sin importancia, en los que las disputas de daban por vanidad, por marcar territorio, se hizo común que se dispusiera que el azar fuera quien decidiera cuál anciano (o familia) se haría cargo de atender un problema o emprender un proyecto conjunto.

Así, en esos poblados, y después en las instancias locales de las grandes ciudades, se mantuvo la esencia de las tradiciones: En cada uno hay un benemérito al que todos siguen y obedecen sin necesidad de coerción.
Con el crecimiento de la población, crecieron también las urbes, mezclándose sin dejar claras las fronteras ni jurisdicciones y con demasiados asuntos a tratar para ser asignados al azar. Se hizo necesario formar un ente superior que resolviera de manera eficaz las disputas y marcara un rumbo en común. Pero ya el azar era fundamental para ellos por lo que, cuando constituyeron el gran comité, decidieron que la designación de sus miembros sería por sorteo, con cargos vitalicios a menos que dos tercios de los beneméritos decidiese expulsar a alguien.
Cada vez que hay una vacante asume el sustituto más antiguo (de tres preseleccionados) y se escoge uno nuevo al azar.

Poco después de la creación del gran comité, un movimiento igualitarista (que abogaba por la igualdad de género en las instituciones públicas) promovió el uso de un sistema con un multiplicador avicrático para seleccioar sus miembros: Cada nominado debía tener tantas papeletas en el sorteo como nietos propios.
Obtuvo muy buena aceptación desde el principio y se implementó casi de inmediato pero no por motivos reivindicativos. Las jerarcas sólo buscaban simplificar los procedimientos dándole poder directo a quienes siempre tomaban las decisiones tras bambalinas.
En el nuevo sistema cualquier persona con más de tres nietos se podía postular, a excepción de quienes ya tuviesen un familiar (un conabuelo) dentro del comité.

Se podría pensar que habría muchos más abuelos que abuelas en el comité (pues cada uno de ellos tiene muchos más nietos) pero no es así: El número de abuelas que se postulan es muy superior, dando como resultado que la mayor parte del tiempo ellas sean mayoría.
Ello podría cambiar con sólo un poco más de interés de los abuelos pero no parece probable.

Las variaciones naturales (IM)

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Es la nación con más prolíficos tradicionalistas.
Si bien la instancia superior que los aglutina no es muy tradicional, las decisiones se toman igual desde la antigüedad en el día a día, en los asuntos locales.

El gobierno central es débil, pero no por eso es una federación.
No hay instituciones locales sólidas, no hay municipios ni distritos con fronteras que se mantengan en el tiempo. Desde épocas inmemoriales cada descendiente, cada familia, ha seguido al benemérito que marca la tradición.
En ellos impera el instinto, la necesidad, de acudir a la persona con más descendencia a pedir consejo ante cualquier gran decisión o a pedir autorización ante cualquier proyecto que pueda afectar a la comunidad. Es común que el abuelo al que acuden más personas se convierta en el líder natural de la comunidad, en el benemérito.
En cada agrupación social, por pequeña que sea, hay un benemérito en quien confía la población y que, a su vez, puede acudir a alguien con más descendencia a pedir consejo o autorización.

Hay ocasiones en que el aumento poblacional produce cierta desconexión entre un benemérito y parte de la población que le sigue, haciendo que esa fracción empiece a cambiar de líder poco a poco en búsqueda de mayor eficacia, de respuestas más rápidas y acertadas.
Tal fenómeno tiene diversas consecuencias. A nivel local lo más usual es que una migración masiva produzca un nuevo poblado en donde aparece naturalmente un liderazgo eficaz, claro e inequívoco. Pero en las ocasiones que el problema ha superado lo local, han surgido naciones enteras con diferentes instancias superiores que han usado como fundamento desde una religión hasta elecciones aviacráticas o diversos sistemas sucesorios.
En todos esos casos se ha afectado la tradición esencial de los prolíficos,  la libertad de acudir al benemérito que se desease, la posibilidad de que el liderazgo variase de manera natural.

Ésta es la nación donde más personas mantienen la tradición de manera más amplia. El gran comité, como ente superior, sólo atiende asuntos exteriores y de defensa, además de servir como mediador en conflictos internos, pero sólo cuando se le requiere.
Sus miembros son muy poco conocidos por el común de la gente.

La mayor modificación hecha a la tradición en algunos lugares es hacer, cada año, un sorteo entre los tres abuelos más prolíficos para definir quién será el sucesor del benemérito en caso de ser necesario.
Ello sólo para disminuir la presión demográfica natural.


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